29 mar 2006

Autoterapia musical en seis pasos.

El humilde autor de este blog es una persona que se considera muy musical. No sé mucho de cantantes y autores, y me pierdo de repente con los nombres de los uber-diversificados géneros, pero siempre me ha gustado la música.

Con el tiempo, eso me ha llevado a identificar las canciones que "me dicen" algo, o que me hacen recordar alguna situación o revivir algún sentimiento. A veces utilizo este conocimiento a mi favor, sobre todo cuando no hay terapeutas cerca ^_^.

Hoy mi padre amaneció muy malo de la presión. Esto se sumó desde muy temprano a las múltiples tensiones y fatigas que no desaparecieron durante el sueño.

A pesar de que volví a faltar a otra junta y procuré tener un ambiente ideal, no me he podido concentrar mucho. Mi ánimo lo evidencía la canción que fui a poner en el media player: Tania, de Fase (la única rolilla que les pegó). Así que tuve que hacer algo: tomar mi combinación de cápsulas musicales altera-ánimos:
  1. Primero, una ligera relajación con j-pop del tipo "happy happy joy joy": HAPPY COSMOS, tema de salida del ánime DearS.
  2. Luego, a ponernos un poquito serios y sublimes, con más j-pop: Tsubasa, el tema de inicio de Tsubasa Chronicles (¡muy buen ánime!)
  3. Entremos en materia: vamos a darnos cuenta de cuál de todos es el pensamiento o sentimiento predominante que no me deja pensar bien... Manto Estelar, de Moenia. (La he estado cantando mucho, también.) Es lo sentimental, tal parece.
  4. Pues a darse ánimos: ¡tú puedes! Cuando llegue esa persona, ya verá lo que es bueno. Eso me lo dice Amante Bandido, de Miguel Bosé.
  5. Para rematar y cerrar con un sentido de esperanza, Vivo, de Fobia.
  6. Relajación y vuelta a la normalidad: música electrónica; en este caso, algo de Kinky.
Definitivo. La música no solo es entretenida y una buena compañera: es un valioso instrumento para autoconocerse, automanejarse y autoayudarse.

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