8 ene 2011

De Jimbocho a Akihabara


 

 En la mañana del 25 de diciembre, ya descansados, recorrimos Jimbocho (神保町), el barrio en el que el hotel está enclavado. Jimbocho es famoso por sus tiendas de libros usados.


  Nuestra primera actividad, sin embargo: ir a desayunar.




 Una rara casita de estilo antiguo en medio de edificios modernos.


A un par de cuadras del hotel y junto a la estación del Metro está una sucursal de Yoshinoya, una cadena nacional de comida rápida japonesa.  


 Apenas llegar, te sirven té verde calientito y te presentan el menú.


Los paquetes de desayuno incluyen sopa de miso, arroz blanco y algún "on the side".
En la comida japonesa, la estrella no es la carne sino el arroz, al punto que la palabra gohan puede significar "arroz blanco al vapor" o "merienda", dependiendo del contexto.  Desayuno se dice asagohan.


Yo pedí algo un tanto occidental: huevo con jamón. Lo de Hiroko (mostrado arriba y abajo) es más tradicional: un filete de salmón - que no es caro en Japón, un huevo crudo y natto.
 


Esto es el natto. Es un platillo nutritivo y tradicional del desayuno. Se trata de frijoles fermentados, que se agitan con los palillos para lograr la consistencia mostrada en la foto; se pueden comer solos o encima del arroz. El sabor y el olor son fuertes. Se imaginarán que el occidental promedio huye de esto, mucho más si se mezcla con arroz y huevo crudo.


Mi combo también incluía algo de res.


 La deliciosa sopa de miso está hecha a base de una pasta de soya fermentada; suele incluir tofu y cebollines. El sabor es suave y es ideal para las mañanas de invierno.


Tras la comida, regresamos al hotel, donde nos esperaban Satomi y Minori. Las chicas locales ya tenían un plan para todo el día, así que había que apurarse.


 A ubicarse. El plan era ir de Jimbocho a Akihabara (秋葉原), cruzando el río que se ve en la esquina del mapa; la caminata no tomaría más de media hora en teoría...


...pero las señoritas no habían desayunado. 


 Doutor es una cadena donde sirven buen café. Satomi y Minori comieron unos bollitos con atún u otro relleno; nosotros las acompañamos con esto (obvio, el moka es el mío). Ah, en Japón, nada de desechables: siempre te sirven en vajilla real, y en algunos lugares (como éste) uno mismo la llevará hasta su propia mesa, lo cual puede ser un reto si hay escaleras.


 Emprendimos el camino. Algunas verduras se exhiben a la vista de la gente, afuera de alguna tienda, sin miedo al robo.


 Solo las avenidas tienen nombre. Dori significa calle o avenida.


 Hay que saber usar los mapas para no perderse, o para encontrar algún lugar al que queramos ir. Sin embargo, Japón está lleno de señalamientos, así que al menos ese no será un problema.


 Ya en la avenida, abundaban las librerías y revisterías.





Estando cerca de Akiba, no me sorprendió ver anuncios de productos para el mercado juvenil / otaku. Pero la verdad es que éste es un nicho de mercado fértil, no solo aquí sino en donde quiera que pude darme cuenta. Aquí algunos anuncios para productos relacionados con Suzumiya Haruhi no Yuutsu y con Yotsuba&!


 Poster de una serie popular (alguien sabe el nombre exacto?)



Un póster de una campaña política arriba; abajo, de una pelea de sumo.

 

Encontramos esto en una vitrina. Soy fanático de la cartografía, de modo que esta reproducción de un plano antiguo de Tokyo me llamó irremediablemente al interior de la tienda que lo mostraba.


Resultó ser una tienda especializada en libros antiguos. Este que se muestra en la foto tenía un papel muy particular, con una textura que más bien recordaba a la tela.



Este planisferio japonés quizás sea del siglo XIX.



Qué será esto, no sé.


La fachada de la tienda. Terminé comprando una reproducción de un mapa antiguo.


La novela que está anunciada arriba, del autor Higashino Keigo, dice Hiroko que está muy buena. Le creeremos.


Distribuidor de celulares. En Japón hay como tres empresas que compiten fuertemente por el mercado. Si quieres un iPhone en Japón, sin embargo, tendrás que contratar un plan de Softbank.


En un rincón de una callecita, sin que nadie la note, pasamos por una capillita dedicada a algún kami. La palabra kami es comúnmente traducida como "dios", pero acaso sería más adecuado pensar en ellos como "espíritus superiores". Esta es una creencia propia del sintoísmo.


Ya estamos por llegar a Akihabara. Hay que cruzar el río, y junto al río pasan algunas vías de tren elevado. Abajo de estas vías hay algunos locales, como este restaurancito de tapas (botanas españolas). Es curioso cómo tiene que aprovecharse el escaso espacio disponible en Tokyo.



Cruzando el río...


...y, al fin, entrando a Akiba.

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